En realidad, cuando la ruptura llega a la pareja se rompe muchos ideales, seguro que tenías clarísimo que la relación de pareja era para siempre y más aún cuando habéis hecho hijos juntos, como si los hijos fueran una manera de sellar la relación para toda la vida ¿verdad? Como me pasó a mí, estás comprobando que no es así, sé que no nos gusta oírlo, pero las relaciones se acaban. No importa si duran un año o sesenta: siempre la pareja acabará, por tanto, puede ser bueno acoger la idea de que la pareja no debe ser un objetivo en sí misma, sino un medio para que sigas evolucionando.
Por eso cuando llega la ruptura sino puedes reconocer todo lo que recibiste y diste, todo lo que pudiste aprender y evolucionar, no puedes avanzar porque aún no estás libre de esta relación, en realidad aún te niegas a mirar con agradecimiento lo que viviste, esto mismo es lo que evitará que te puedas abrir a la vida en confianza. Por eso siempre te voy a sugerir que, aunque tus relaciones las límites o incluso decidas no tenerlas, siempre queda en paz con el vínculo, esto quiere decir reconocer y alojar en tu corazón lo que fue y no fue. Lo que pasó y no pasó. Después de diez años acompañando a personas en sus asuntos de amor, desamor y ruptura me he dado cuenta de que la ruptura de pareja es un asunto difícil en la vida de cualquier persona. Pero cuando hay hijos de por medio, esta ruptura aumenta considerablemente de nivel de dificultad. Para ayudarte en este sentido voy a compartir algunas ideas que debes saber, que, si las desarrollas, las integras en tu psicocuerpo y las llevas a la práctica, estoy seguro de que te abrirán caminos que te alejan del drama y el sufrimiento.
PRIMERO: NUNCA SE ROMPE LA FAMILIA
Cómo el espacio de exploración que abrimos es la ruptura con hijos quiero hacerte señalar algo primordial: que los vínculos que se crean y quedan son más fuertes cuando aparecen los hijos. En realidad, es cuando aparecen los hijos cuando se crea una familia, antes solo es una pareja, y está bien, pero no es una familia. Si tú que estás leyendo esto tienes hijos con la pareja que estás dejando, quiero que sepas que ya no tienes solo un vínculo amoroso a través de la relación de pareja, sino que también un vínculo de sangre. Dicho y aclarado lo anterior, cuando se produce la separación de la pareja, nunca se separa la familia; aunque acabe la relación, los vínculos seguirán existiendo. Así que cuando dices al otro aquello de “has roto la familia” estás diciendo una gran mentira. Se ha roto la pareja, pero nadie puede romper la familia, solo cambia de forma, se expande hacía otra manera de ser. Sea cual sea el motivo de la ruptura: traición, infidelidad, desamor…etc. Ningún progenitor rompe la familia si se hace ordenadamente, de ti depende siempre que la familia se expanda en paz y armonía. Como oigo muchas veces en sesión, por favor desde aquí te sugiero encarecidamente:
Cuidado con que escuchen tus hijos “has roto la familia” porque lo que en el fondo entienden es “hijo/a mío tienes que partirte en dos”. Y eso, claro, es imposible. Y como podrás entender les produce mucho dolor. Por favor.
SEGUNDO: TU RELACIÓN COMO PAREJA ACABA, PERO NO COMO PADRES
Cómo ves en el momento de una separación con hijos ayuda mucho distinguir entre relación y vinculo. Puede desaparecer la relación de pareja, pero no el vínculo como padres. Por eso, para seguir avanzando de manera expansiva esta familia, es imprescindible que des un buen lugar en tu corazón a la relación de pareja cuando esta acaba. Puedes impedir que un padre o una madre vea a sus hijos, pero el vínculo seguirá ahí, pues la familia es indisoluble. Recuerda siempre la premisa de que el vínculo como padres no se romperá, eso hay que tenerlo claro, con el tiempo se desdibujará la relación de pareja. Pero seguirá el vínculo como padres. Esta persona que estás a punto de dejar como pareja, haya pasado lo que haya pasado, será el abuelo/a de tus nietos, no te olvides. O lo que puede ser más potente, la mitad de cada uno de tus hijos es su padre o su madre, aquella persona con la que estás terminando tu relación de pareja, es decir, cuando miras a tu hijo/a miras de alguna manera la parte su progenitor en él o ella. Por eso la importancia de la siguiente sugerencia: Dar un buen lugar en tu corazón a tu expareja.
TERCERO: DEBES DAR UN BUEN LUGAR EN TU CORAZÓN A TU EXPAREJA
Te interesa hacer una ruptura ordenada y que facilite la dignidad suficiente para ti y para ella. Insisto, haya pasado lo que haya pasado. Para cerrar bien esta relación vas a tener que darle un buen lugar a esta persona en tu corazón. A lo mejor en lo relacional puedes estar en un juzgado litigando, pero en el corazón debes darle un lugar adecuado. Puedes estar peleando con él o ella por ver quién se queda con la casa o el coche, pero a nivel “vincular” debes darle un buen lugar a esa persona y a lo que has vivido con ella. En el momento del convenio para que los litigios no ocurran yo siempre aconsejo elegir un abogado mediador para los dos progenitores y si es sistémico mejor que mejor.
CUARTO: UNA PAREJA CUANDO SE SEPARA SE HACE PRIMERO MIRANDO A LOS HIJOS
Cuando una pareja se crea se hace mirando a la pareja, pero cuando una pareja se divorcia o se separa, se hace primero mirando a los hijos y luego mirando a la pareja que se rompe. En este orden, primero a los hijos, dando un buen lugar a los hijos y luego a la pareja. Hay que hacer la separación, por tanto, mirando a los hijos, aunque sin olvidarse de cada uno de los miembros de la pareja. Al final debe ser lo mejor para todos. Importante tener esto en cuenta, creo que te puede ayudar saber que para un hijo papa y mama siempre siguen juntos. Tienen que saber, claro está, que ya no sois pareja, que os separáis pero que no por eso dejáis de ser sus padres. No hace falta explicarles el motivo de la separación, esto es asunto de papa y de mama. Solo con dejarles muy claro que ellos NO son la causa y que siempre tendrán a papa y a mama, pero sin detalles, pues lo que sucede entre mayores es cosa de mayores.
QUINTO: VAS A TENER QUE SEGUIR AMANDO A TU EX A TRAVÉS DE TUS HIJOS
Se que cuesta en el inicio de la separación, pero aproximarse a lo que voy a decir ayuda: Vas a tener que seguir amando a tu expareja a través de tus hijos. Dejar en orden el vínculo de la pareja, y ponerlo en el lugar del corazón, y a partir de ahí seguir respetando y cuidando al otro como madre o padre de vuestros hijos. Esto significa que un padre delante de los hijos tiene que cuidar de la madre y viceversa. Ambos honran el vínculo existente como padres frente a los hijos. Nunca cuando hay problemas importantes verlos delante de los hijos, esto se hace en el lugar que decidan los padres.
Después de la separación, cuando hables con tus hijos sobre un asunto que tiene que tratar el otro progenitor, siempre se habla desde un “nosotros pensamos tal cosa”. Y si no lo tienes claro les dices a tus hijos que lo tienes que consultar con su padre o con su madre. Quiero que sepas que si uno de los progenitores trata de apoderarse del papel de “padres” ignorando al otro estás diciendo a tus hijos que no tienen permiso para amarlo/a. Y cuando sucede, los hijos tienen tendencia a buscarse problemas en la vida.
Hay veces que un padre o una madre por circunstancias de salud, distancia o porque la ley lo prohíbe no puede ver a los hijos. Aun así, el padre o la madre que este con el hijo tendrá que buscar la manera de darle un lugar al otro: hablándole del otro, explicándole en la medida de lo posible la situación, etc.
SEXTA: TOMA ESTAS TRES PALABRAS “MÁGICAS” QUE TE DEBEN ACOMPAÑARTE EN TU RUPTURA
Dicho lo anterior me gustaría ir un poquito más allá, un poquito más a lo profundo. Como sabes, para mí no son los mismos tiempos los de la mente que los del corazón, por eso una vez visto este asunto desde un nivel más mental vamos a practicar desde otro nivel. Para ello me voy a inspirar en las 3 palabras mágicas que Bert Hellinger propuso: “GRACIAS” “LO SIENTO” “TE DOY UN LUGAR EN MI CORAZÓN”. Así que para ir transitando este camino de solución te voy a pedir que también lo hagas con los ojos cerrados, en cada una de las importantes etapas que voy a compartir contigo a través de estas palabras o frases “mágicas”. Primero te daré un encuadre teórico y luego una práctica profunda, te sugiero hacer este ejercicio o practica con los ojos cerrados o mirando una foto de tu expareja, o ambas maneras. Todo suma.
GRACIAS
Tienes que decirlo no solo por el otro o la otra, sino por ti mismo/a. Tienes que agradecer en tú corazón todo lo que recibiste de la otra persona. Tomar lo que el otro te dio, sea lo que sea, sin juzgarlo: las facilidades y los obstáculos, el cario e incluso la traición, si la hubo, los buenos y los malos momentos, porque todos fueron una oportunidad para aprender y crecer. Y porque, te guste o no, está al servicio de la vida y esa es la realidad, y para avanzar tienes que estar en contacto con la realidad y aceptarla tal como fue. Y no digo que sea fácil, pero es el camino de salida, no existen otros o atajos. Si llegado un momento te quedas atascado/a aquí te sugiero enfáticamente que pidas ayuda. No vas bien.
Así que cierra los ojos, o trae a tu consciencia a tu expareja a través de la imaginación o de la fotografía sugerida y dile profundamente:
“Para mí también fue muy difícil” …
Y tras decir la frase, observa poco a poco… dándote permiso para sentir en tu cuerpo la verdad de tus sentimientos pendientes con él o ella… la tristeza, el enojo, la culpa… Es importante que no avances en la meditación sin haber primero sentido, experimentado y drenado desde la experiencia en tu cuerpo las emociones que verdaderamente sientes…
Si te das cuenta de que aún estás enojado, dile: “Aún estoy muy enojado” … y siente en tu cuerpo el enojo, deja que la emoción se exprese en el cuerpo con una respiración abierta y profunda, permitiendo que tu cuerpo haga su propio proceso de expresión y liberación…
Si aún estás triste, dile: “Qué lástima” … y siente sin interferir la tristeza… deja ésta se exprese de forma natural en tu experiencia corporal, entrégate a tus sentimientos… Continúa nombrando y experimentando desde la entrega, cada emoción que vayas reconociendo, drenando… vaciando… soltando… Tras este proceso emocional, vuelve a mirar a esta anterior pareja… y dile lentamente, desde el corazón:
“Yo te amé mucho” … Y siente… date permiso para reconocer el amor que verdaderamente hubo, y que subyace a todas esas emociones recientemente reconocidas…
A continuación, intenta decirle: “Gracias…gracias por lo que me diste y por lo que no me pudiste dar” … y siente…date permiso para dejar caer estás frases en el lugar de tu cuerpo que las acoge y reconoce…
Para finalizar repite “Gracias por lo que me diste y por lo que no me pudiste dar…ahora lo busco en otro lugar” y vuelve a sentir en tu cuerpo la manifestación de estas frases sanadoras que abren camino de solución. No pretendas ser correcto/a, ni sano/a, solamente observa lo que sucede en tu cuerpo. Es correcto tal y como acontece, lo importante es que te des cuenta de lo que hay y de esta manera te encaminarás hacia la salida de tu remolino de sentimientos y pensamientos que ahora no te dejan en paz.
LO SIENTO
Decir “lo siento” significa que hay cosas que no pudiste lograr, que no te fueron posibles, bien por tus asuntos de familia o por tus asuntos de vida. Y cosas que la otra persona tampoco pudo lograr debido a sus propios asuntos. Y significa que sientes mucho tu parte y también la suya. Pero quiero señalar: no es lo mismo decir “lo siento” que pedir “perdón”, porque entre adultos no hay nada que perdonar. “Lo siento” iguala en el vínculo, mientras que “perdóname” o “te perdono” pone a uno por encima del otro.
Una vez realizada la anterior etapa del “gracias”, cuando veas que la puedes hacer con aceptación y asentimiento sigue con esta sugerencia de “lo siento”. Vuelve a cerrar los ojos, o trae a tu consciencia a tu expareja a través de la imaginación o una fotografía y dile profundamente:
“Asumo mi parte de responsabilidad por lo que no funcionó entre nosotros… y lo siento… siento el daño que te haya podido causar…”
Y date permiso para sentir con humildad el reconocimiento del daño que como ser humano, quizás hayas causado a esa persona… el poder limpiador de pronunciar que verdaderamente lo sientes… de asumir tu parte de responsabilidad… deja que las emociones se expresen, se liberen… date permiso…
Y por último dile: “Ahora, te dejo con tu parte de responsabilidad… Y te dejo en paz” …
Y siente la liberación del “soltar” a esa anterior pareja, desde el reconocimiento y la expresión auténtica de las emociones que aún no estaban sentidas, del amor que hubo, de lo que fue entregado y recibido, de la responsabilidad de uno y del otro…
“TE DOY UN LUGAR EN MI CORAZÓN”
Dar el otro el lugar que le corresponde significa que no lo quieres olvidar, que no lo quieres exterminar de tu corazón ni de tu vida por el hecho de que no haya ido como esperabas. Olvida querer borrar los años de convivencia ahí peleando con él o con ella porque no quieres soltar la relación. Estarás de acuerdo conmigo que no puedes borrar los años vividos ni el fruto de estos años que son tus hijos. Si pretendes borrar esto, estás intentando borrar los vínculos y es como si te quisieses borrar a ti mismo/a.
Así que, encuadrada esta última etapa, tras haber realizado las otras dos anteriores, te vuelvo a invitar a que, si puedes con los ojos cerrados, tomes unas cuantas respiraciones e imagines una conversación con el padre o madre de tus hijos y que le digas en tu interior, también puedes hacerlo con la foto delante de ti:
Dile ahora… “Lo que te regalé te lo di con gusto. Tú también me has dado mucho y eso lo honro y lo guardo como un tesoro en mi corazón” …
Permítete reconocer en tu cuerpo, en tu ser, la verdad del reconocimiento entre lo dado y lo recibido… lo dado y lo recibido permanece en ti por siempre…
Y para terminar te sugiero que le digas: “Gracias…lo siento…lo que pasó y no pasó lo tomo tal y como fue…le digo SI… A lo que se dijo y no se dijo ahora le digo SI”…Deja sentir en tu pecho un SI profundo, amplio que llene tu pecho.
Para finalizar dile: “Gracias…siempre te lleva en mi corazón como la… (dale un orden, la primera, la segunda, la cuarta pareja) ahora te dejo libre y quedo libre.
Y siente la liberación del “dar un lugar” en tu corazón a esta persona con la que has compartido vida y has hecho vida, desde el reconocimiento y la expresión auténtica del amor que hubo, de lo que fue entregado y recibido, de la responsabilidad de uno y del otro que ahora tomáis para seguir amándoos uno al otro a través de vuestros hijos.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Mi intención con estos espacios es que logrees tu felicidad y la de tu familia porque le has dado un buen lugar a la madre o padre de tus hijos y a tus hijos. De esta manera quedas disponible para poder estar bien en la vida a través de una nueva pareja cuando así lo desees. Has cerrado con amor lo que empezó con amor, sea cual sea la causa de la ruptura y a pesar de los pesares has buscado la dignidad tanto para ti como para tu expareja, y esto te hace ir a la vida con grandeza.
Haya pasado lo que haya pasado para que la ruptura se diera, al final has tenido muy en cuenta la vida anterior compartida en pareja. Has sido capaz de ser consciente de que al igual que han llegado momentos difíciles, también hubo momentos buenos y maravillosos.
Has puesto toda tu parte posible para que la ruptura haya sido justa para ambos. Sobre todo, para lograr que vuestros hijos tengan el mejor lugar. Tras esta ruptura puedes seguir amando al progenitor a través de tus hijos. Has conseguido el objetivo de tener unos hijos felices porque sus padres a pesar de la ruptura son felices. Es bueno recordar que los hijos lo que necesitan es que los padres sean felices, porque si estos no son felices ellos no podrán ser felices.




