Hace poco estuve explorando el mundo del modelaje.
Una profesión en la que, literalmente, te vendes a ti misma: tu imagen. Te pagan por cómo te ves.
Y al observar una clase, me di cuenta de algo que me removió profundamente: para ser modelo, no basta con tener una cara bonita o un cuerpo espectacular. Debes tener tu autoestima regulada (me fascinó este término)
Vi mujeres bellas, con cuerpos de ensueño, que al posar se encogían, se escondían, dudaban.
Entonces me pregunté:
👉 ¿Qué pasa con nuestro femenino?
👉 ¿Por qué lo rechazamos o tratamos de ocultarlo?
Yo misma estuve en esa posición.
Durante años traté de disimular mi parte más femenina, pensando que si me mostraba suave, delicada o vulnerable, podrían hacerme daño.
Hasta que comprendí que la feminidad no es debilidad, sino una forma poderosa de conexión con una misma.

¿Qué es realmente la feminidad?
Ser femenina va mucho más allá de tener curvas o una piel perfecta.
La feminidad es una energía: la capacidad de escuchar, de sentir, de fluir, de crear.
Es permitirte ser sin forzarte. Es abrirte a la intuición y al magnetismo natural que todas tenemos dentro.
Y es que cuando nos desconectamos de nuestro femenino, solemos entrar en modo supervivencia: forzamos, empujamos, nos comparamos, nos exigimos perfección.
Ahí se pierde la gracia, la dulzura, el equilibrio.
El cuerpo puede estar perfecto, pero si dentro hay rigidez, no brillas… solo cumples con un molde.
El modelaje, en ese sentido, es un espejo muy potente.
Te enseña que puedes tener la pose perfecta, pero si no hay conexión con tu interior, el exterior lo nota.

Tres claves para reconectar con tu feminidad
1️⃣ Escucha tu cuerpo
El cuerpo femenino tiene su propio ritmo, su lenguaje y su sabiduría.
Empieza por preguntarle cada día qué necesita: descanso, movimiento, nutrición o placer.
Cuando aprendes a escuchar tu cuerpo, dejas de pelear con él y comienzas a habitarlo con amor.
2️⃣ Permítete sentir
Sentir no te hace débil, te hace humana.
Permítete llorar, emocionarte, reír, amar.
Cuando bloqueamos las emociones, nos desconectamos de nuestra esencia femenina.
La energía femenina se expresa a través de las emociones: si las contienes, te apagas.
3️⃣ Celebra tu suavidad
Ser femenina no significa no ser fuerte.
Significa saber cuándo fluir y cuándo accionar, cuándo dar y cuándo recibir.
Tu suavidad es tu magnetismo. Cuando te permites ser tú, sin máscaras, todo a tu alrededor comienza a reflejar esa autenticidad.
🌼 Tres claves para fortalecer tu autoestima desde tu femenino
1️⃣ Háblate bonito
Tu diálogo interno puede construirte o destruirte.
Empieza cada mañana con una frase que te eleve: “Me elijo”, “Soy suficiente”, “Mi energía es valiosa”.
El tono con el que te hablas marca tu nivel de confianza.
2️⃣ Sosténte en tus procesos
La autoestima no es lineal. Habrá días donde brilles y otros donde dudes.
La clave está en sostenerte, no juzgarte.
Recuerda: eres un proceso en expansión, no un producto terminado.
3️⃣ Rodéate de energía que te nutra
Tu entorno influye en cómo te percibes.
Rodéate de personas, espacios y rutinas que te inspiren, no que te resten.
Y si no encuentras eso fuera, créalo tú.
Mi reflexión final
Reconectar con tu energía femenina es reconectar con la vida.
Y eso también es autoestima: saber que tu valor no depende de cómo luces, sino de cómo te sientes contigo.
Ser femenina no es una pose, es una presencia.
Y cuando estás presente, radiante y consciente de tu poder, todo cambia: tus relaciones, tu cuerpo, tu mirada.
No necesitas encajar en ningún molde.
Solo necesitas recordar quién eres cuando dejas de intentar ser otra.
Sobre la autora:

Estefany Jiménez Bocanegra (@estefyjzbocanegra), acompaña a mujeres en su proceso de reconexión con su autoestima, energía femenina y poder interior. A través de terapias holísticas, meditación, aceptación corporal y coaching, enseña desde su experiencia que no existe una verdad absoluta: solo el camino de cada una hacia su propia autenticidad.



